Ya no te espero

Ya no te espero, ya duermo a ambos lados de la cama, ya recojo los vasos de la mesita de luz, ya no me mantengo en vigilia mientras llegas, ya no dejo las botellas abiertas o vacías.

Ya no te espero, ya no veo por la ventana y canto mientras te extraño, ya no te busco entre la gente, ya hasta acabé con el circo que, en elefantásticas proporciones, buscaba imitarte.

Ya no te espero, ya cerré todas las ventanas y los cerrojos. Ya no sufro en las mañanas cuando no estás, ni en las noches cuando no te encuentro.

Ya no te espero, ya no estornudo para evitar la nostalgia, ni suspiro para camuflar el vacío, ya inclusive dejé la costumbre de interrumpir los amables silencios que se posaban como baches entre nosotros.

Ya no te espero, ya no escucho a Silvio, Cepeda, Páez ni a Sabina con melancolía. Ya no le tengo miedo a las letras que me acosan por las madrugadas, ni a las parejas que pasan por la calle, incluso ya no la busco a ella.

Ya no te espero, ya no reacomodo el reloj a tus horas, ni pierdo el tiempo intentando excusarte.

Ya no te espero, ya dejé la manía de quererte.

Ya no te espero.

-María Paula.

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